“…De esta manera, trabajos sobre el director argentino Pablo Trapero y sus obras El bonaerense (2002) y Carancho (2011) se concentran en su relación con el género negro (Tschilschke 2013), otros sobre El estudiante (Mitre 2011) o Relatos salvajes (Szifron 2016) examinan estas obras dentro del contexto de la cultura de la memoria emprendida en la época del kirchnerismo (Delgado y Sosa 2017). Así, a excepción de ficciones como El crimen del padre Amaro (Carrera 2002) (Hausmann 2015;Falicov 2013) y Un mundo maravilloso (Estrada 2006) (Robinson 2014;Price 2012), los estudios fílmicos no han priorizado el análisis temático de la corrupción que estas ficciones audiovisuales representan.…”