“…Diversos estudios en nuestro país sugieren niveles más bajos de satisfacción vital y bienestar subjetivo en la población inmigrante que en la población autóctona. Esta relación se encuentra moderada, por una parte, por factores de naturaleza más estructural o demográfica como el país de origen, la afinidad lingüística, el nivel educativo, el tiempo de residencia o la situación administrativa o laboral (Aierdi, Basabe, Blanco y Oleada, 2008;Basabe, Zlobina y Páez, 2004;Díez-Nicolás, 2005;Hernández, Pozo y Alonso, 2004; Moreno-Jiménez y Hidalgo, 2011; Ríos y Moreno, 2010) y, por otra, por variables de naturaleza social y contextual como el apoyo social, la integración y sentimiento de pertenencia en la comunidad o la participación social, variables en las que se centra este estudio y cuya importancia en los procesos de ajuste es subrayada por cada vez un mayor número de investigadores (Gracia y Herrero, 2006;Hernández, Hidalgo, Salazar y Hess, 2007;Martínez, García y Maya, 1999;Latkin y Curry, 2003;Leslie, 1992;Merlo, 2011;Ríos y Moreno, 2010).…”