“…Desde entonces han sido diversos los campos de estudio en los que se ha demostrado la incidencia de la desconexión moral con diversos comportamientos transgresores, entre ellos, el terrorismo y las actividades bélicas (Bandura, 1988;Villegas de Posada, Flórez & Espinel, 2018;Bandura, 2004;Osofsky, Bandura & Zimbardo, 2005), el consumo de drogas y alcohol (Quinn & Bussey, 2015b, 2015aGiulio et al, 2018), la propensión de los niños a decir mentiras (Doyle & Bussey, 2017), el uso de esteroides en el deporte (Lucidi et al, 2008;Boardleya et al, 2018), el rol de la parentalidad en la desconexión moral en la niñez (Campaert, Nocentini & Menesini, 2018;Hyde, Shaw & Moilanen, 2010;Houwing & Bussey, 2017) y, en especial, las actividades delictivas en jóvenes (Giulio et al, 2018;DeLisi et al, 2014;Petruccelli et al, 2017), siendo este último un campo de estudio reciente con múltiples aristas por explorar.…”