La expansión del muralismo como estrategia de mejoramiento barrial en la ciudad de Santiago de Chile apunta hacia la necesidad de incorporar estrategias que permitan evaluar esta forma de intervención artística. Partiendo de un enfoque analítico de corte cualitativo, el artículo propone abordar la relación entre territorio y murales desde una perspectiva afectiva. En concreto, la aproximación al caso del Museo a Cielo Abierto en San Miguel, bajo la lógica de los “objetos felices” propuesta por la filósofa Sara Ahmed, consigue relevar el importante rol que juegan los afectos en los procesos de intervención barrial. La elaboración de una secuencia de operaciones afectantes que permita reconocer la capacidad de agencia de los murales así como el potencial de la utilización de las nociones de disposición, orientación y direccionamiento como claves de lectura territorial constituyen los principales resultados de la investigación que se presenta.