El presente artículo tiene dos objetivos principales. Por un lado, mostrar la utilidad de las redes sociales como herramientas para la investigación lingüística. Para ello, nos centraremos en algunos neologismos formales que constituyen una evidencia clara de la creatividad léxica y de la productividad de los procesos morfológicos (tiktoker, pyme, presintomático, entre otros). Por otro lado, determinar si constituyen las redes sociales un corpus lingüístico o si se consideran meras fuentes de acceso a la información. En este marco, trataremos de establecer cómo es de representativo Twitter comparado con el CORPES XXI con el fin de descubrir qué herramienta resulta más útil para el estudio de neologismos. En este trabajo, además, se presentan y discuten las ventajas y los inconvenientes de la incorporación de redes sociales como herramienta de estudio para la investigación lingüística.