Para una mejor comprensión de la naturaleza lingüística del emoji, se ha explicado su efecto en el texto, al que acompaña en comunicaciones digitales compuestas, a partir de su comparación con otros elementos del lenguaje más estudiados en las discusiones actuales. La primera propuesta, más intuitiva, fue la que lo entendió como metáfora (visual y conceptual), pero obvia diferencias significativas en sus distintos mecanismos, lo que ha hecho que apenas tenga recorrido en la literatura académica. Estudios más recientes han asimilado su función a la del gesto, como lenguaje no verbal. Sin embargo, no hay todavía investigaciones sobre sus condiciones específicas como código escrito, en tanto que transcripción de ese gesto en una comunicación que no es oral. Dado ese obstáculo, este trabajo propone entender el emoji con una tercera comparación: como la representación visual que marca, más que el gesto mismo, su ausencia, para poner en alerta al interlocutor, que debe imaginarlo o suponerlo en el contexto de la oralidad: como las acotaciones en teatro.