Para hacer supervisión en terapia familiar con niños, más que una expertiz, se
requiere una ética relacional que incluya su voz como sujetos activos. Si bien se sabe
que su presencia en terapia familiar no solo es necesaria, sino que amplifica los
recursos terapéuticos y de la familia, sigue siendo un desafío la integración de niños y
adultos en terapia. Se requiere que en el contexto de supervisión se intencione su
participación, brindando herramientas clínicas a los terapeutas, así como dándoles
fundamentos para ello. A través de modelos de supervisión dialógica el supervisor puede
favorecer la emergencia de una polifonía de voces en donde la voz de los niños, con su
propio modo de estar y comunicarse, pueda ser visibilizada y reconocida tanto por los
terapeutas como por su familia. Para tal fin, este articulo busca aportar proponiendo
una serie de preguntas que se pueden usar en contexto de supervisión.