Esta obra —divida en siete capítulos— contribuye a comprender el potencial social que posee la filosofía popular que contiene en su interior el aprendizaje, el conocimiento, la complejidad y el pensamiento (normalmente no teorizado). En estas páginas se explora la filosofía contenida en los saberes populares construidos en una praxis de la vida cotidiana a través de procesos cognitivos propios del mundo rural y urbano. En este libro existen, por tanto, “visiones del mundo” (re)creadas dentro y fuera de las escuelas en diferentes niveles de (in)formación. También es una interpretación territorial y popular en la que se argumenta a favor de la unidad de la objetividad-subjetividad, lo concreto-abstracto, la sociedad-naturaleza, la universidad-sociedad, lo local-territorio, hacia una concepción hecha para la praxis popular de la liberación pluridimensional, transmultiescalar y transtemporal, en el que la investigación y la acción se realicen de manera participativa y solidaria a partir de la vida de los sujetos más vulnerables, sus reglas, posibilidades, necesidades, urgencias, oportunidades, (re)acciones y criterios.