Introducción: La esclera es un tejido avascular compuesto por tejido conectivo denso cuya función principal es proteger las estructuras intraoculares. Existen diversas patologías que ponen en riesgo la integridad de dicho tejido y, en consecuencia, pueden provocar terribles secuelas con un pronóstico nefasto. El tratamiento sustitutivo forma parte de la terapia de dicha patología, siendo el injerto de esclerótica cadáver una opción biocompatible y biomimética a valorar. El injerto de esclerótica de cadáver es un tejido de fácil acceso y con buenos resultados post-quirúrgicos por lo que no solo es usado en el ámbito de la patología escleral, sino que también es utilizado para cirugía de oculoplástica, glaucoma o de retina. No obstante, el peligro de transmisión de priones o el déficit de suministro en algunos países hacen que este tejido sea suplantado por otros tejidos o técnicas quirúrgicas. Métodos: Los objetivos de este estudio son identificar la patología esclerótica susceptible de terapia sustitutiva en los últimos 5 años en el complejo hospitalario universitario de Granada, identificar los métodos empleados como terapéutica sustitutiva en dicha patología y evaluar la práctica de dicha terapia en el contexto de la bibliografía existente al respecto. Para ello, se aplicó un diseño retrospectivo en el que se realizó una búsqueda en los archivos de la unidad de documentación clínica del Hospital Clínico San Cecilio y Hospital Virgen de las Nieves, de los cuales se obtuvieron 9 casos clínicos. Resultados: Entre los 9 casos clínicos, solo 4 fueron sometidos a tratamiento quirúrgico, y de estos, 3 de ellos a terapia sustitutiva por membrana amniótica o injerto escleral. En los 5 casos restantes no se llevó a cabo ninguna técnica quirúrgica, no obstante, podría ser de gran valor el uso del refuerzo con injerto de esclerótica en los casos con escleromalacia para evitar complicaciones futuras. La esclerótica procedente de cadáver se postula como una opción con unos resultados prometedores; sin embargo, las líneas de investigación actuales apuestan por el desarrollo de un sustituto basado en las ventajas de la fibrina agarosa que supla los puntos negativos del tejido donante.