En este artículo se analiza cómo en Elisa Dido de Virués distintas formas de expresión simbólica enfatizan la temática y la moraleja de la obra. Virués presenta una visión amarga de la vida terrenal, en la cual la única posibilidad de salvarse es renunciar a lo mundano. La estructura de la acción dramática refuerza el mensaje del desengaño y contemptus mundi por medio de la yuxtaposición contrastiva de comportamientos opuestos (acción primaria, doble acción secundaria). La lección filosófico-moral se concretiza, a su vez, a través de la semantización del espacio y de la oposición entre el espacio visualizado y el espacio fuera del escenario. Además de otros elementos metafóricos y simbólicos que insisten en la misma concepción pesimista, la escena de la muerte de Dido cobra un interés especial por su carácter emblemático: el espectáculo visual (accesorios escénicos, escenificación) y la explicación verbal del mismo forman un emblema del tópico de la vanitas mundi . En Elisa Dido la historia clásica de la reina Dido se presenta como un exemplum del tema del desengaño y de la ética ascético-cristiana propios del período postridentino, mientras que el aspecto espacial y visual de la obra inculca este mensaje a través de los ojos del espectador. (RW)