“…Otras estrategias en primera línea utilizando inmunoterapia han sido negativas, como el estudio CA184-156(13), que añadía ipilimumab a PE o el uso de tratamiento de mantenimiento con nivolumab o nivolumab-ipilimumab (estudio Checkmate 451) (14) tras el tratamiento de inducción.En un metaanálisis realizado sobre estos estudios de fase III de inmunoterapia + quimioterapia en primera línea se mostró un beneficio significativo del uso de inmunoterapia en primera línea en SG (HR 0,85; IC 95 %, 0,79-0,96) y en SLP (HR 0,78; IC 95 %, 0,72-0,83)(15).Posteriormente se han realizado más estudios de fase III asiáticos que han confirmado el beneficio del uso de anti-PD1/PD-L1. Así, el estudio ASTRUM 005, que comparaba serplulimab (anti-PD1)+ PE frente a PE: mSG 15,4 frente a 10,9 meses (HR 0,63; IC 95 %, 0,49-0,82, p < 0,001) (16), el estudio CAPSTONE-1: adebrilimab (anti-PD-L1) + PE frente a PE: mSG 15,3 frente a 12,8 meses (HR 0,72; IC 95 %, 0,58-0,90, p = 0,0017)(17), el estudio RATIONALE 312(18): tislelizumab (anti-PD1) + PE frente a PE: mSG 15,5 frente a 13,5 meses (HR 0,75; IC 95 %, 0,61-0,92, p = 0,0035) y el estudio EXTENTORCH(19): toripalimab (anti-PD-1) + PE frente a PE: mSG 14,6 frente a 13,3 0 meses (HR 0,798, IC 95 %, 0,648-0,982, p = 0,0327).Durante muchos años se ha estudiado el papel de los antiagiogénicos en el tratamiento del CPM sin que se hayan obtenido resultados consistentes. Un estudio de fase III muy reciente realizado en China ha estudiado añadir un inhibidor oral de VEGFR, como el anlotinib, al tratamiento con quimioinmunoterapia.…”