“…En este sentido, si a un grupo de personas mayores, se le entrenan en talleres de improvisación teatral durante ocho semanas, se ha observado que mejoran en funcionamiento cognitivo, memoria, capacidad lingüística y hasta disminuyen las puntuaciones de deterioro cognitivo leve, en comparación con personas que sólo miraba televisión (Harris, Koh, Lai, & Fernandez, 2014) El uso del teatro es multivariado, y la evidencia señalada anteriormente muestra distintos ámbitos de aplicación desde el aprendizaje de habilidades personales en niños, adolescentes, adultos y profesionales; pero también se amplía a usos terapéuticos en trastornos tan variados desde el espectro autista hasta la enfermedad mental grave y prolongada, influyendo en la mejora clínica de muchas variables conductuales y cognitivas. Es por tanto necesario la implementación de investigaciones que muestren el potencial del teatro o la teatroterapia en la mejora el autoconocimiento, el desarrollo de las esferas emocional e intelectual-cognitiva y la personalidad, por lo que es necesaria más investigaciones que generen datos que tenga en cuenta las aspectos médicos y psicopedagógicos del conocimiento científico, la rehabilitación social y las tecnologías desarrolladas de la terapia de teatro (Dolzhenkova, Dorozhkina, Romanina, & Prokhorova, 2018)…”