The relationships between environmental inspectors and the facility personnel at regulated firms are often presumed to be adversarial, and this assumption affects the design and implementation of environmental regulations. However, closer examination of these relationships challenges this fundamental assumption of adversarial relations in environmental policy. Interviews with 44 inspectors and regulated officials throughout Virginia found that the interactions between these two categories of actors are positive. Over 90 percent of the interviewees were positive about their interactions with one another, and inspectors and regulated officials alike indicate that they trust the other. These findings are compelling because they contest common assumptions, and, as such, they provoke debate regarding the fundamental notions concerning the interactions between regulators and the regulated on the frontlines of environmental regulation.
La relación entre los inspectores medioambientales y el personal de las instalaciones en las compañías reguladas se supone, por lo general, antagonista, y este supuesto impacta el diseño y la implementación de las regulaciones medioambientales. Sin embargo, una revisión más detallada de estas relaciones cuestiona dicho supuesto. Entrevistas realizadas a 44 inspectores y funcionarios bajo regulación a lo largo de Virginia encontraron que las interacciones entre estas dos categorías de actores son positivas. Más del 90 por ciento de los entrevistados tuvieron una respuesta positiva en relación a sus interacciones con la otra parte, y tanto los inspectores como los funcionarios bajo regulación indicaron que confiaban los unos en los otros. Estas conclusiones refutan los razonamientos habituales y, de ahí, que provocan debate en lo que se refiere a las nociones fundamentales acerca de las interacciones entre los reguladores y los regulados en el frente de la regulación medioambiental.