“…La diversidad de especies y su abundancia han sido los parámetros más utilizados para describir la composición de una comunidad vegetal (Moreno et al 2011). Otros estudios resaltan el valor de los rasgos funcionales como un componente de la diversidad (Saldaña-Acosta et al 2008, Poorter 2009, Pohl et al 2011, Lohbeck et al 2013, Adler et al 2014, Susan-Tepetlan et al 2015, Gould et al 2016, Montes-Pulido et al 2017, ya que son caracteres cuantificables que reflejan estrategias adaptativas de las especies y son útiles para entender las interacciones entre éstas y su ambiente (Grime 1974, Pla et al 2012, Mason & de Bello 2013. Por ejemplo, en sitios sometidos a estrés ambiental, como el bosque seco, las especies que se establecen muestran mayor variación en los rasgos funcionales presentando adaptaciones asociadas con la intensidad lumínica (Saldaña-Acosta et al 2008, Poorter 2009, Lohbeck et al 2013, Susan-Tepetlan et al 2015, Montes-Pulido et al 2017.…”