La ultraderecha ha crecido en los últimos años consolidándose en las democracias liberales. Esta consolidación ha conllevado una reformulación ideológica para adaptar el ideario ultranacionalista y anti-diversidad al contexto democrático y a las realidades sociológicas contemporáneas. En este mismo proceso, además de nuevas articulaciones teóricas, nuevos temas y objetivos, las derechas radicales se han intentado abrir a más actores sociales, como mujeres -cada vez más presentes en estos grupos y partidos-, personas racializadas y colectivos LGBTIQ+. El crecimiento de estos partidos también se ve reflejado en la diversificación de individuos que les apoyan y votan, entre ellos, personas de orientaciones sexuales no heteronormativas. Este proceso comenzó a finales del s. XX en los Países Bajos, uno de los países más abiertos y progresistas a la hora de reconocer los derechos de las personas homosexuales. Políticos de derecha radical comenzaron a relacionar los problemas y agresiones a la comunidad LGBTIQ+ con la inmigración musulmana. Esta articulación ultranacionalista y xenófoba, que se denomina homonacionalismo, se extendió rápidamente a otros países occidentales y a otras democracias liberales, especialmente después del 11S. En este texto se analiza cómo surge y se articula el homonacionalismo en Europa y cómo se extiende a otras derechas radicales. En segundo lugar, se aborda este fenómeno en el contexto español. Para ello se utiliza el análisis historiográfico y sociológico, empleando metodologías cuantitativas (principalmente encuestas) y cualitativas (análisis de los discursos).