Lograr la calidad turística implica contar con productos de calidad y, dado que gran parte del contenido turístico se traduce, es necesario realizar traducciones de calidad para garantizar niveles positivos de satisfacción por parte del turista. La diferenciación de una marca se logra a través de la imagen percibida (Andreu et al., 2000, p. 49). En la formación de la imagen intervienen tres componentes: las creencias y actitudes asociadas con el producto, el nivel de conocimiento sobre el destino turístico y las expectativas sobre el producto (Nobs, 2003). Es en estos últimos dos elementos, precisamente, donde la traducción desempeña un papel crucial. Con relativa frecuencia, no se tienen en consideración las expectativas de los usuarios a la hora de diseñar, crear y traducir el material promocional turístico, lo que suele dar lugar a campañas promocionales poco exitosas (e incluso fallidas) que pueden dañar la imagen del destino y de los productos que este ofrece. Dado que la imagen percibida no es un parámetro estático, todos los participantes en el proceso de desarrollo promocional del destino turístico deberían revisar los productos y servicios turísticos implicados, así como la imagen proyectada, tratando de ajustar los nichos de mercado, los productos y destinos a los turistas reales y potenciales, proceso en el que la traducción de los textos de promoción turística desempeña un papel decisivo. En el presente artículo, examinamos la cuestión de la calidad en la traducción del material de promoción turística (ya sea impreso, en páginas web, aplicaciones y redes sociales), ilustrándola a través del análisis de diversas campañas de promoción turística internacional.