Las fronteras constituyen la clave de las nuevas identidades nómades, identidades en las que los sujetos se anclan a múltiples puertos de significación vital. Si se plantean las fronteras internas al mundo digital en el que los jóvenes habitan su cotidianeidad, podemos observar una serie de espacios comunes que podrían catalogarse como de “integración”, espacios que son percibidos como “normales”, “habituales”, “comunes”, es decir, operan como territorios comunes y transversales socialmente como Instagram, Whatsapp y Youtube. Otros territorios digitales aparecen como espacios de diferenciación, en el que se tejen intereses, prácticas también distintas y en los que a su vez se replican islas de diferenciación interna. Tal es el caso de Netflix, Twitter, Spotify y emblemáticamente de Finsta dentro de Instagram. Este artículo plantea resultados de la investigación “Identidades de consumo. Imaginarios y estilos de vida cultural”, de corte cualitativa, basada en seis focus groups realizados a jóvenes y adultos, varones y mujeres de sectores sociales medios altos y populares en Montevideo entre 2018 y 2019.