Los sensores y otros dispositivos de Internet de las Cosas (IoT) generan voluminosos, variados y veloces datos primarios que pueden incluir ruido, irrelevancia y poca sensibilidad al contexto, además de crearse, con bastante frecuencia, con una alta distribución geográfica. La transferencia de tales datos directamente a la nube genera incremento de errores, pérdida de datos y alta probabilidad de congestión de tráfico en la red, además de un gasto considerable de recursos, sin una ganancia asociada. Con el fin de disminuir la latencia y el tráfico innecesario de datos en Internet, mediante el aprovechamiento de recursos distribuidos geográficamente más cerca de la fuente, surge el paradigma Fog computing, conformando un ecosistema IoT-Fog-Cloud. El presente artículo ofrece un acercamiento conceptual a fog computing, expone sus ventajas y los tipos de aplicaciones IoT para las cuales es más apropiado su uso. Finalmente, se resumen los desafíos más importantes asociados a tal enfoque emergente.