El siguiente artículo explora la influencia de los mitos literarios y las narrativas autobiográficas en el desarrollo de las estructuras de liderazgo y autoridad en la educación teatral. A través del análisis de la figura de Edward Gordon Craig y de su identificación con Hamlet, se desentraña cómo los arquetipos culturales construidos alrededor de ciertas personalidades históricas han moldeado las dinámicas de poder, exclusión y prestigio del teatro moderno.
La investigación destaca la necesidad de deconstruir la tradición heroica asociada a la figura masculina del director escénico como único autor del espectáculo, abriendo un espacio educativo más diverso, inclusivo y seguro. Para ello, el estudio se centra en reconocer y valorar contribuciones femeninas marginadas por el relato dominante. Al examinar bajo el prisma de las ecologías cognitivas y la mitocrítica la participación de Isadora Duncan, Edith Craig y Ellen Terry, entre otras, se propone una reevaluación de la historiografía teatral que incorpora la perspectiva de género y la crítica feminista como herramientas para la transformación educativa y artística.
El texto argumenta que la genealogía de las artes escénicas debe considerar la autoría social, la escenografía expandida y la creatividad actoral como constructoras de conocimiento. Resignificando con ello el teatro del siglo XXI, al alejarlo del culto al genio intelectual y el individualismo, y reconociendo la práctica estética colectiva y sus contextos como esenciales en la metodología y enseñanza de la creación artística.
"El poder del mito y los mitos del poder en la educación teatral: Edward Gordon Craig como Hamlet" invita a una reflexión crítica sobre los roles de género, la autoría y el poder en la educación y en el arte, proponiendo un enfoque pedagógico que amplía el canon teatral, desafía las jerarquías tradicionales y fomenta una práctica escénica verdaderamente representativa y enriquecedora para todas las personas involucradas.