El dolor inguinal posoperatorio crónico (somático o neuropático) es la secuela más frecuente, importante y limitante de la cirugía herniaria inguinal, cuya prevalencia exacta se desconoce. El trabajo expone, bajo una visión personal, sinóptica y objetiva, algunas connotaciones sobre la génesis de los tipos de dolor inguinal, especialmente el neuropático, generado por la agresión técnica (invasividad, disectividad y reparatividad), sobre áreas anatómicas específicas por las que discurren los correspondientes nervios inguinales periféricos, expuestos a riesgos neurolesivos por posibles maniobras inapropiadas. Para mejorar la comprensión de la agresividad tisular y de la posible potencialidad neurolesiva de las técnicas hernioplásticas, se aportan 2 clasificaciones (personales, inéditas, intuitivas y objetivas). La primera, relaciona a grupos y modelos hernioplásticos con la dimensión cuantitativa (cm) y la extensión cualitativa de la invasividad (maxi, normo, mini o mínimamente invasivas), así como la extensión cualitativa (maxi, normo y minidisectivas) y la dimensión cuantitativa de la disectividad (superficie y volumen disectivo de técnicas abiertas y videoasistidas). La segunda clasificación relaciona a los mismos grupos y modelos técnicos con sus respectivas potencialidades neurolesivas sobre las respectivas áreas críticas de riesgo de dolor crónico neuropático, según el probable o improbable riesgo de lesionar determinados nervios en dichas áreas anatómicas, identificando además el posible efecto profiláctico que pudieran ejercer algunas de las opciones técnicas en la prevención del dolor crónico neuropático. Sin duda, es la experiencia, la pericia y la maestría técnico-científica del cirujano, la mejor profilaxis de la inguinodinia.