Las formas de corresidencia remiten a la manera en que se organiza la demanda residencial para acceder a la oferta. En el sistema familiar latinoamericano su complejidad constituye una estrategia de supervivencia, que tiene una estrecha relación con el nivel de vida. En el artículo se modelizan espacialmente para el caso de Bogotá las interacciones entre las formas de corresidencia y las características de las viviendas, y se mapean a nivel local los resultados de esta interacción. A partir del análisis factorial de datos se construye un índice de complejidad de la corresidencia a escala de sector censal, el cual se utiliza como variable dependiente en una regresión ponderada geográficamente que considera como factores explicativos variables contextuales, sociales y demográficas. Se obtuvo una nueva forma de clasificación de la ciudad en la que se identifican localmente la intensidad y dirección en que inciden los factores mencionados sobre las formas de corresidencia al interior de la vivienda, y sus respectivas implicaciones de política pública. Las variables sociales son las más determinantes entre las áreas más ricas, mientras que, entre las más pobres, lo es la edad de los jefes del hogar. El peso relativo de la casa como tipo de vivienda a escala local es un elemento determinante de la complejidad en la corresidencia, común a todas las áreas del territorio urbano. El progresivo reemplazo tipológico de la casa por el apartamento en la ciudad, cuestiona la subsistencia de dicho sistema de apoyo familiar en contextos de transformación residencial.