“…Competitividad no es, por tanto, un resultado natural de las ventajas comparativas de ciertas economías y sectores -como es asumido bajo el paradigma del regionalismo abierto-, sino que es el resultado de políticas y programas de desarrollo, de la inversión pública y privada en las capacidades locales, y de la producción de bienes colectivos regionales, tales como infraestructura, programas de salud, programas de formación y educación, políticas de armonización y convergencia de normas y estándares, etc. (Rodrik et al, 2004;Estevadeordal et al, 2004;Bruszt y McDermott, 2009).…”