El vínculo que estableció David Viñas con Casa de las Américas durante los sesenta y la posibilidad que ofrecía la institución para insertarse en los debates que delineaban el escenario cultural cubano y latinoamericano del período fue esencial para buena parte de su producción intelectual de esos años. Aunque a lo largo de la década el escritor realizó varios viajes a La Habana, dando muestra de su interés por el proyecto cultural y político que se gestaba en la capital cubana, rechazó sistemáticamente propuestas hechas por la institución para que se instalara a trabajar allí. Este gesto estuvo en correspondencia con la figura de intelectual heterodoxo y polémico que encarnó desde los tiempos de Contorno. Desde esa posición David Viñas se insertó en la dinámica de la institución que fuera rectora de las relaciones entre intelectuales de todo el mundo que se daban cita en La Habana; formó parte del certamen literario como jurado en 1965, 1969 y 1971 respectivamente, y en 1967 ganó el premio con la novela Los hombres de a caballo. Su nombre se incorporó al Comité de Colaboración de la revista Casa de las Américas, del que formaron parte solamente tres argentinos: Ezequiel Martínez Estrada, Julio Cortázar y el propio Viñas. En su paso por la isla el escritor ofreció conferencias, estuvo a cargo de la selección y prólogo de libros, presentó proyectos editoriales, participó de mesas de debates y, sobre todo, polemizó fervientemente. La presente investigación reconstruye el itinerario cubano de David Viñas durante los años sesenta e indaga las maneras en que esa experiencia se asoma en su producción intelectual del período.