La política exterior de EE.UU. durante la administración de Donald Trump tuvo características muy singulares tanto en sus formas y mecanismos de comunicación como en el diseño y ejecución de la misma. A grandes rasgos, se puede señalar que esta política se distinguió por la securitización de los temas, una visión mercantilista del comercio, un proteccionismo dirigido, un aislacionismo relativo, un bajo compromiso con la cooperación internacional y un retroceso en los valores que tradicionalmente fomentó la superpotencia.