Uno de los desafíos más urgentes que enfrentan los sistemas de atención médica en todo el mundo es el rápido aumento de la esperanza de vida (Wimo et al., 2017). De hecho, como la edad es el principal factor de riesgo conocido para los trastornos neurodegenerativos, el número de personas que padecen la enfermedad de Alzheimer (EA), el tipo más común de demencia, está aumentando considerablemente. La prevalencia de EA en los EE. UU. se estima actualmente en 5,4 millones, pero se prevé que aumente a