“…Además, y a diferencia de los hombres, las mujeres asignan gran parte de sus ingresos por trabajo productivo a gastos en educación, alimentación y salud de sus hijos, con lo cual coadyuvan a interrumpir la transmisión transgeneracional de la pobreza (Abramo, 2004;Piras, 2006;Pagés y Piras, 2010). Asimismo, que la mujer se emplee contribuye a su empoderamiento, seguridad, autonomía (Ballara et al, 2010;Rodríguez, 2014), y a mantener su integridad física al ser menos propensa a la violencia intrafamiliar (cepal, 2004).…”