Resumen Mientras el sector público y la industria extractiva han implementado medidas para aumentar la participación de las mujeres en la minería. La educación superior está al margen de estas iniciativas. A través de focus group y entrevistas constatamos que las estudiantes mujeres no logran contrarrestar el machismo de los profesores ni de los compañeros de carrera. Por ende, la formación profesional, por un lado, debe fortalecer la autoestima, carácter, asertividad, liderazgo en las jóvenes, y por otro revertir los sesgos de género vigentes en la educación superior. Así construir puentes, en favor de una industria más inclusiva, sostenible y virtuosa hacia el 2035.