“…Entre 2019-2021 se advierte una emergencia significativa en géneros discursivos benéficos del deepfake como: transmisiones deportivas (AI-automated video), espectáculos, educación, modelos de cabezas parlantes, retratos (deepnostalgia), campañas sociales, activismo social y político, salud y usos médicos, turismo, publicidad, propaganda, moda (virtual showroom, Amazon Syle Snap, Google lens), comercio electrónico (e-commerce, retail apps), asistentes inteligentes, cine y video streaming, video juegos, telepresencia, modelos IA (Generated Photos), humanos digitales (digital humans), video conferencias (videoconferencing), telepresencia, multi-player games, memes, experimentación artística, denuncia, chat virtual, chat bots, avatares personales, terapia psicológica y material científico; y sobre usos delictivos como: fake news, desinformación, pornografía, ciberacoso, deepfake bots .deepbots) (Westerlund, 2019;Campbell et al, 2021;Kwok y Koh, 2020;Whittaker et al, 2021;Garimella y Eckles, 2020;Oliveira-Teixeira et al, 2021;Gómez-de-Ágreda et al, 2021).…”