La necesidad de una gestión hídrica efectiva se vuelve más apremiante en un escenario donde el agua disponible para el consumo humano y la producción constituye una fracción mínima del agua dulce total en el planeta. A medida que el consumo de agua dulce continúa en aumento y los ecosistemas acuáticos se ven amenazados, se vuelve imperativo adoptar enfoques más informados y tecnológicamente avanzados para garantizar la sostenibilidad del recurso (Kumar et al., 2020; Mekonnen & Hoekstra, 2016) . En este contexto, la gestión eficiente de los recursos hídricos requiere herramientas que permitan comprender y modelar los procesos hidrológicos a nivel local y detallado. Los modelos hidrológicos hiper-locales emergen como una respuesta prometedora para analizar comportamientos específicos en áreas determinadas, superando las limitaciones de los modelos a gran escala (Beven & Cloke, 2012; Bierkens, 2015). Estos modelos, que consideran características específicas como topografía, vegetación y condiciones climáticas locales, proporcionan una visión detallada que puede informar decisiones más precisas y contextualizadas en la gestión del agua. Sin embargo, la implementación efectiva de estos modelos enfrenta un desafío crucial; la disponibilidad y calidad de los datos hidrológicos necesarios para modelamiento. La gestión eficiente de los recursos hídricos en un mundo en cambio requiere un marco integral que combine el conocimiento tradicional con las herramientas tecnológicas más avanzadas. Los modelos hidrológicos hiper-local y los principios FAIR ofrecen directrices clave para superar los desafíos actuales en la gestión del agua, permitiendo una comprensión más detallada y una toma de decisiones informada. La colaboración entre la ciencia, la tecnología y la gobernanza es esencial para garantizar la disponibilidad y sostenibilidad del recurso hídrico en un futuro incierto