“…En su capítulo de Migraciones antillanas, Reina Rosario señala que las citadas leyes costarricenses contra los afrocaribeños, especialmente contra los angloparlantes, y su sustitución por haitianos en República Dominicana desde la década de 1920, añadieron segregación territorial a la racial que ya sufrían. La autora muestra que, pese a ello, en Limón y San Pedro Macorís los antillanos de habla inglesa natal sobrevivieron gracias a esa combinación familia-religión-escuela mencionada, lo que también permitió que subsistiese su legado cultural en tradiciones, bailes, música, como argumentaba Elías-Caro para Colombia, y que progresaran las ideas en su defensa de Marcus Garvey y su Asociación Universal para el Progreso del Negro, UNIA (Garvey, 1983;Inoa, 2018), a cuya difusión en el noreste cubano prestaba atención Zanetti.…”