“…La expansión de la CMS como modelo de negocio en el sector textil y de la confección en Chile ha transformado por completo esta rama de actividad y, en consecuencia, ha provocado la desaparición de las empresas nacionales, una brusca caída del empleo (Reinecke, 2010) y el auge de una nueva estructura polarizada que refleja el desarrollo antagónico en la cadena. Por una parte, durante el último decenio se ha logrado una clara mejora económica con la expansión de empresas minoristas multinacionales chilenas, apodadas «multilatinas», cuyo surgimiento representa una mejora funcional, dado que han asumido el papel de empresas líderes que coordinan la producción de la confección acabada (principalmente en plantas de producción asiáticas de bajo costo) para venderla a través de sus propios establecimientos y marcas, que se han extendido a varios mercados latinoamericanos, como la Argentina, Brasil, Colombia y Perú.…”