La migración es un fenómeno social natural e histórico. Desde la existencia misma del hombre, ha habido movilidad humana. Si bien cada vez más personas viven en un país distinto de aquel en donde nacieron y esto podría ser visto como una consecuencia positiva de la globalización, lo cierto es que hoy en el mundo hay aproximadamente 74,8 millones de personas que hacen parte de la competencia de la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) (solicitantes de asilo, refugiados, repatriados, desplazados internos y apátridas) y cuyos derechos se encuentran en riesgo (Acnur, 2019a, 2019b).
Dentro de este número de personas, hay grupos poblacionales con tratamientos jurídicos diferenciados por el derecho internacional, empero, dado que la movilidad humana a gran escala genera la dificultad de diferenciar al migrante económico del refugiado, el presente artículo de reflexión pretende, desde el análisis y el respeto del principio de igualdad y la no discriminación, estudiar la situación actual de los migrantes en general, entendidos estos como aquellos que se desplazan de sus países de origen, y los recientes esfuerzos llevados a cabo para materializar la protección universal de la persona humana que migra (Türk, 2019).