Vivimos en un planeta al límite del agotamiento de recursos naturales necesarios para el ser humano. En donde la crisis derivada de las pautas de consumo, en el que las personas compiten por acaparar de manera irracional y antiética (Bauman, 2009, pp. 77-115) bienes y servicios sin sensibilizarse sobre la depredación ambiental, la desigualdad social, y el incremento del riesgo socioambiental en donde existe una correlación entre la expansión urbana y el cambio de vocación del suelo rural, migración de los productores y abandono o cambio de patrones de cultivo tradicional.