Resumen
La fibrosis hepática se desarrolla como respuesta a la presencia de daño hepático crónico de diferentes etiologías, provocando un desequilibrio entre la síntesis y degeneración de la matriz extracelular y la desregulación de diversos mecanismos fisiológicos. En los estadios iniciales de las patologías crónicas, el hígado posee una elevada capacidad de regeneración, por lo que la detección temprana de la fibrosis hepática resulta esencial. En este contexto, es preciso contar con herramientas sencillas y económicas que permitan detectar la fibrosis hepática en sus fases iniciales. Para evaluar la fibrosis hepática, se han propuesto multitud de biomarcadores séricos no invasivos, tanto directos, como el ácido hialurónico o las metaloproteasas, como indirectos. Así mismo, se han desarrollado diversas fórmulas que combinan dichos biomarcadores junto con parámetros demográficos, como el índice FIB-4, el índice de fibrosis en la enfermedad de hígado graso no alcohólico (NFS, por sus siglas en inglés), la prueba ELF o el score de fibrosis Hepamet (HFS, por sus siglas en inglés). En el presente manuscrito, realizamos una revisión crítica del valor diagnóstico y pronóstico de los diferentes biomarcadores séricos y fórmulas actualmente existentes.