Los incidentes críticos están presentes continuamente en nuestras vidas, sea en forma de sucesos individuales o de catástrofes mundiales (COVID-19). Estas situaciones, capaces de desestabilizarnos de tal modo que pongan en crisis nuestra forma de posicionarnos frente al mundo, pueden constituir, al mismo tiempo, unos dispositivos idóneos para cambiar nuestras identidades personales y profesionales. En este texto, tras defender que las interpretaciones y conceptualizaciones (saber), los procedimientos y conductas (hacer) y las emociones y sentimientos (sentir) forman unidades indivisibles para el análisis y el cambio, se establece una clasificación que integra posiciones identitarias, incidentes típicos y sentimientos, como base para la intervención educativa. Esta intervención puede realizarse a través de tres tipos de estrategias: preventivas, locales y estructurales. El artículo finaliza desarrollando un ejemplo completo que ilustra como aplicar herramientas específicas de registro (Mapping, Journey Plot), análisis (Repertorio Personal de Posiciones) e intervención (Pauta de análisis de Incidentes Criticos -PANIC-) fundamentadas en incidentes, en calidad de artefactos de transformación personal y educativa.