“…El objetivo no es sólo escuchar la música, sino sentir la música. Existe una cantidad interesante de estudios que defienden que la estimulación vibro-táctil marcando el ritmo de la música, es decir, reproduciendo por vía táctil el rango de bajas frecuencias de la pieza, influye positivamente en la percepción de la música, mejorando la experiencia de la persona usuaria (Baijal et al, 2012;Merchel et al, 2018;Schmitz et al, 2020) e, incluso, que es beneficiosa para la mejora de síntomas depresivos (Mosabbir et al, 2022) o relacionados con la enfermedad de Alzheimer (Fang et al, 2021). El uso de estos dispositivos es variado -reforzar la experiencia musical en conciertos o en medios audiovisuales, facilitar la sincronización en grupos musicales con miembros con dificultades auditivas o reforzar la práctica de instrumentos musicales-pero también lo son los resultados obtenidos.…”