El envejecimiento demográfico, y la pérdida de capacidades funcionales asociadas a la edad, son realidades evidentes. No obstante, la experiencia de envejecer varía entre las personas, ya que el proceso, aunque es universal, no es uniforme. Por ello, se hace necesario realizar diagnósticos a través de evaluaciones para disponer de información determinante a la hora de prescribir el ejercicio de cada paciente, sistematizar y establecer programas que contribuyan a un envejecimiento activo y saludable. El objetivo del estudio fue comparar las características morfo funcionales de mujeres físicamente activas con edades de 60- 65 vs. 70-75 años, respectivamente. La investigación fue transversal, de tipo descriptivo. Participaron 70 mujeres (n = 27) de 60-65 y (n = 43) de 70-75 años, a quienes se les evaluaron componentes cognitivos, antropométricos, nivel de actividad física, fuerza, control postural, y marcha. Los resultados reflejan en el TMT A y B valores estadísticamente significativos de (p = 0.01, p = 0.02, respectivamente). Se concluye que mujeres mayores con un nivel de actividad física similar a aquellas, diez años menores, preservan sus niveles de funcionalidad a pesar de presentar perdidas en las funciones ejecutivas relacionadas con el envejecimiento.