“…La relación positiva registrada en P. mexicana entre el tamaño de las semillas y la germinación coincide con la reportada en especies como Beilschmiedia assamica, Canarium strictum, Dipterocarpus macrocarpus, Ostodes paniculata (Deb y Sundriyal, 2017), Swietenia humilis Zucc. (Calixto Valencia et al, 2022), S. macrophylla (Pramono et al, 2019) y Enterolobium contortisiliquum (Trindade-Lessa et al, 2015), pero a su vez contrasta con la respuesta mostrada en otros taxones cuyas semillas de menor tamaño o peso tienden a germinar mejor (Murali, 1997), aunque incluso hay taxones, como Coulteria platyloba, Dalbergia congestiflora, Mimosa benthamii, Pithecellobium acatlense, en los que la germinación es independiente del peso o tamaño de las semillas (González-Vélez et al, 2020). Esta divergencia de respuestas ha sido difícil de explicar debido a que las variaciones en el tamaño o peso de las semillas y sus repercusiones en la germinación o emergencia son un efecto coyuntural de condicionantes genéticos (Khurana y Singh, 2001;Norden et al, 2009), ambientales o fisiológicos que afectan el éxito reproductivo de cada fuente parental y consecuentemente la formación y tasa de desarrollo de las semillas (Bareke, 2018).…”