En un sentido estricto, una quemadura es una lesión frecuente originada por un agente térmico que produce descomposición del tejido orgánico. Sus consecuencias son heridas, señales cutáneas y cicatrices, y el agente responsable es el fuego, químicos cáusticos o corrosivos. Las lesiones resultantes son distintas según se trate de un agente sólido, que deja marcas circunscritas y visiblemente profundas recordando perfectamente la huella del agente causal, o líquido, en cuyo caso las lesiones son más amplias, e influyen en este caso, la masa o cantidad del elemento que actúa.Hoy contamos con detallados estudios que valoran la extensión corporal de las quemaduras y analizan la superficie afectada, estableciendo normas concretas en las que se apoyan los pronósticos de supervivencia. Las lesiones cicatriciales residuales se estiman en relación a la intensidad de las quemaduras, basándose en las primeras apreciaciones hechas en De Combustionibus por Fabricius Hildanus en el siglo XVII (1). Posteriormente sus dictados fueron ampliados por Guillaume Dupuytren (2), con la descripción de la profundidad de la lesiones que actualmente conserva importancia, y que permite junto a las tablas de valoración de POSAS y VSS (Patient and Observer Scale Assessment y Vancouver Scar Assessment, respectivamente), clasificaciones uniformes que determinan la gravedad de las cicatrices.Converse y Robb-Smith han seguido un criterio práctico en la clasificación de las quemaduras basado en la orientación terapéutica de las lesiones y nombrándolas superficiales y profundas (3). Las primeras presentan varias subdivisiones en las que se estima la profundidad en los estratos cutáneos comprometidos por el residuo lesional, teniendo en cuenta que las lesiones profundas afectan y destruyen la totalidad de las capas de la piel. Estas últimas dejan cicatrices importantes, la mayor parte de las veces retráctiles, difíciles de curar y que cursan con sín-tomas varios entre los que destacan las ulceraciones crónicas, dolor, picor, eritema intenso y una hiperactividad del colágeno que deforma el tejido y es causa de afectaciones físicas, estéticas y psicológicas.En el trabajo de la Dra. Rivera, su prosa ultramarina añade extraño poder a su lenguaje. En su léxico descriptivo hemos debido suplantar palabras y frases por otras, más conocidas en español, aunque -en mi manera de versu exuberancia no interrumpía la comprensión y el goce del texto. La autora ha seleccionado 30 pacientes con lesiones cicatriciales graves de larga evolución para las cuales -en principio-, por la naturaleza y los intentos terapéuticos previos fallidos, no existía remedio posible. Mayormente, las cicatrices que presenta son el resultado de los fenómenos de una reparación muy activa que transcurre para cerrar la lesión sufrida en los tegumentos profundos. Se observa, en cada uno de los casos de la iconografía que las cicatrices son ricas en un conjuntivo denso y fibroso que interponiéndose en el área de lesión, asegura la continuidad de la piel, con un tejido sólido.Las cicatrices de l...