INTRODUCCIÓNEl incremento gradual de las prácticas deportivas en la sociedad actual, junto con la alta prevalencia de la patología alérgica en los sectores de la población con mayor actividad física, ha supuesto la aparición de síndromes de trasfondo alérgico, en ocasiones subclínicos, que sólo se manifiestan con el ejercicio (1,2) (Tabla I). Entre estos cuadros clínicos destaca por su potencial gravedad la anafilaxia inducida por ejercicio (AIE), que constituye una forma peculiar de anafilaxia conocida desde hace tan sólo dos décadas pero que se observa cada vez con mayor frecuencia.La anafilaxia inducida por ejercicio (AIE) fue descrita por primera vez por Maulitz en 1979 (3) en un corredor de fondo que sufría reacciones anafilácticas recurrentes de intensidad variable al practicar ejercicio tras la ingestión de marisco.Poco después, Sheffer y Austen (4) establecerían sus características definitorias, considerándola como una forma de alergia física severa que puede ser provocada por cualquier tipo 49 [0212-7199(2001)
RESUMENEn las dos últimas décadas se ha observado una incidencia creciente de una forma peculiar de anafilaxia que sólo se produce al realizar ejercicio físico. Dentro del síndrome de anafilaxia inducida por ejercicio se incluyen dos formas clínicas bien diferenciadas: urticaria colinérgica sistémica y anafilaxia inducida por ejercicio propiamente dicha, que se puede presentar en su forma clásica o en su forma variante, más infrecuente y con manifestaciones similares a la urticaria colinérgica. La anafilaxia postprandial inducida por ejercicio o dependiente de alimentos constituye un subtipo frecuentemente identificado en estos últimos casos. Puede deberse a una alergia alimentaria subclínica que se manifiesta con el esfuerzo, aunque en muchas ocasiones no es posible encontrar un alergeno responsable. El diagnóstico se establece por la historia clínica y la realización de pruebas específicas con alergenos alimentarios. Puede ser necesario recurrir a una prueba de esfuerzo con y sin ingesta previa. El tratamiento es preventivo y se basa en evitar la comida o el alimento responsable de la alergia en las horas previas a la realización del ejercicio. Cuando no depende de alimentos se recurre a farmacoterapia profiláctica con antihistamínicos, cromonas o bicarbonato sódico. El paciente debe ser instruido sobre el uso de adrenalina en caso de nuevas reacciones.PALABRAS CLAVE: Anafilaxia inducida por ejercicio. Anafilaxia inducida por ejercicio dependiente de alimentos. Hipersensibilidad alimentaria.
ABSTRACTIn