Two protest songs created within the first month of the 2019 Chilean uprising were intended as explicit statements against violence and in favor of peace, but they voiced different understandings of violence and proposed different ways out of the conflict. The artists behind each song argued that their recordings were nonpartisan, cutting across traditional left-right divides. The songs’ use and reception, however, shows that for Chilean audiences these songs conveyed a clear political cleavage through their lyrics, music, and audiovisual content. More broadly, consideration of music in the Chilean uprising foregrounds the ways in which the uses of music have changed since the classic era of protest song of the 1960s and 1970s. Dos canciones de protesta creadas en el primer mes del levantamiento chileno de 2019 pretendían ser declaraciones explícitas contra la violencia y a favor de la paz, pero expresaban distintas interpretaciones de la violencia y propusieron diferentes formas de salir del conflicto. Los artistas detrás de cada canción argumentaron que sus grabaciones no eran partidistas, cortando así a través de las tradicionales divisiones de izquierda y derecha. El uso y recepción de las canciones, sin embargo, muestra que, para el público chileno, dichas piezas transmitían una clara división política a través de sus letras, música y contenido audiovisual. En términos más generales, considerar el aspecto musical en el levantamiento chileno pone en relieve las formas en que los usos de la música han cambiado desde la era clásica de la canción de protesta de las décadas del sesenta y setenta.