“…Complementando lo anterior, (Safranoff, 2017), considera que las mujeres con mayor probabilidad de padecer violencia psicológica, son aquellas con menor escala educativa, salarial, dependientes de la pareja, lo cual involucra problemas adicionales como el uso de drogas, alcohol, sustancias estimuladoras de conductas violentas, situación que conlleva a revisar los factores sociológicos de convivencia, lo cual podría contribuir en prevenir este tipo de acción en escenarios vulnerables como por ejemplo, si la mujer va a la universidad, pero es financiada económicamente por su pareja, podría desarrollarse dependencia, elemento esencial para proyectar algún tipo de violencia, no siendo esto exclusivo u obligatorio su padecimiento, lo cual alberga, el autoestima de la mujer como eje fundamental para propiciar dependencia o no, sumado al estudio de (Castillo-Saavedra, et al, 2018), donde se confirmó que entre mayor violencia, la mujer disminuye su estima. La autoestima como factor psicológico, está relacionada a la valoración de la persona hacia sí misma, lo cual conduce a establecer conductas asertivas, agresivas, pasivas, en función de cómo se auto perciba la mujer (Fernández-Bustos, et al, 2015), visión confirmada por (Ocampo-Otálvaro, 2015), quien indica que las mujeres sufren en primer lugar, violencia psicológica, seguida de la sexual, física, económica, razones para considerar la violencia de género como multifactorial en sus causas, conllevando a establecer que por lo general, una acción violenta, desencadena varios tipos de violencia contra la mujer.…”