Este artículo debe citarse como: Giorgio Ciprandi G, Gallo F. Vitamina D y asma en la práctica clínica: el impacto en el control del asma. Rev Alerg Mex. 2017;64(3):390-393 Bedolla-Barajas and colleagues examined vitamin D insufficiency and deficiency in 135 Mexican patients with allergic asthma.1 Vitamin D insufficiency was common in the group: 25.2 % as well as deficiency: 71.1 %. Noteworthy, there was no difference between genders.There is a growing body of evidence that vitamin D exert a relevant immunomodulatory effect on immune cells, that may be able to explain the close link between vitamin D and respiratory disorders.
2,3On the other hand, the control of asthma is the cornerstone strategy in the management of patients with asthma as stated by the Global Initiative for Asthma (GINA) document.4 The asthma control evaluation is based on a global assessment of respiratory symptoms, lung function, bronchial inflammation, comorbidity (including obesity, upper airways disorders, gastroesophageal reflux, emotional problems, nocturnal apnea), risk factors, compliance, and adherence to treatments. Unfortunately, the study of Hall and colleagues, even though conducted on a very large population, did not addressed this 1 examinaron la insuficiencia y deficiencia de vitamina D en 135 pacientes mexicanos con asma alérgica. En ese grupo fue común la insuficiencia de vitamina D (25.2 %), así como la deficiencia (71.1 %). Vale la pena mencionar que no hubo diferencias entre los sexos.Existe creciente evidencia de que la vitamina D ejerce un efecto inmunomodulador relevante en las células inmunes, que puede explicar el estrecho vínculo entre la vitamina D y los trastornos respiratorios.
2,3Por otro lado, el control del asma es una estrategia fundamental en el manejo de los pacientes con esta enfermedad, como se establece en la Global Initiative for Ashma (GINA).4 La valoración del control del asma se basa en una evaluación global de los síntomas respiratorios, función pulmonar, inflamación bronquial, comorbilidad (incluyendo obesidad, trastornos de las vías respiratorias superiores, reflujo gastroesofágico, problemas emocionales, apnea nocturna), factores de riesgo, cumplimiento y adherencia a los tratamientos. Desafortunadamente, el estudio de Hall et al.,