“…Desde esta perspectiva, nuestra mirada sobre el TMS trata de captar la dimensión socioeducativa y destaca su importancia a la hora de ayudar, asesorar, orientar y apoyar en los procesos de empoderamiento que les doten de recursos necesarios para el incremento de su calidad de vida e inclusión social en la comunidad (García-Pérez, 2013a, 2013bGarcía-Pérez y Torío-López, 2014). En este sentido, se busca potenciar la autonomía de la persona como objetivo pedagógico primordial de un enfoque global de intervención fuera de una institución cerrada; esta concepción implica, ineludiblemente, la participación de diferentes agentes y profesionales, cuyos referentes clave son la emancipación y transformación social (García-Pérez, 2013a). Será fundamental, por tanto, que la dimensión socioeducativa articule sus propuestas en torno a dos procesos indisociables: la construcción comunitaria y la participación democrática, promoviendo una sociedad que eduque y una educación que socialice e integre (Caride, 2005;Caride, Gradaílle y Caballo, 2015); concibiendo la educación como un esfuerzo permanente y crítico de desocultación de verdades (Freire, 1990).…”