“…Para frenar el avance de la enfermedad COVID-19, los gobiernos implementaron a inicios de 2020 una serie de medidas que incluían distanciamiento social, cuarentena, y restricciones de movilidad. En este contexto, el espacio público urbano se vuelve un espacio vaciado (Cabrera-Barona & Carrión, 2020), lo cual puede desconectarlo de su dimensión humana, limitando el apego al lugar hacia este tipo de espacio. El apego al lugar es un concepto que posee distintas aristas, siendo un campo de estudio que abarca diversos factores (Brown et al, 2015;Hidalgo, 2013;Kamalipour et al, 2012;Lewicka, 2008;Ujang, 2012), incluyendo el ser entendido como un determinante de emociones humanas, donde se toma en cuenta también la importancia que le puede dar una persona a un espacio cuando no está en él (Hidalgo, 2013), y también la formación o construcción de identidad de lugar (Ujang, 2012).…”