RESUMENEl Teide, el edificio volcánico más alto del planeta (3.718 m sobre el nivel del mar, > 7 km desde el fondo oceánico) después del Mauna Loa y Mauna Kea en las islas Hawaii, forma un complejo volcánico en el centro de la isla de Tenerife. Su actividad eruptiva reciente (últimos 20 Ka) está asociada con la rama NO del rift triple (120°) que ha configurado la etapa reciente de construcción de la isla. La mayoría de las erupciones de Tenerife en este período se han localizado en estas estructuras volcánicas, generando frecuentes y extensas coladas máficas y félsicas, muchas alcanzado la costa e invadiendo lo que es ahora una de las zonas más densamente pobladas de Tenerife y, probablemente, de cualquier isla oceánica del planeta. Sin embargo, y a pesar de los numerosos estudios y proyectos previos, falta aún información geológica básica para este importante sistema volcánico, en particular la datación de las diferentes erupciones que lo componen, con objeto de reconstruir el marco geocronológico indispensable para conocer su evolución y determinar científicamente los riesgos volcánicos, de perentoria necesidad habida cuenta de su naturaleza y entidad, y de la población potencialmente afectada. Nuevas dataciones de Carbono-14 y K/Ar aportan ahora importante información a este respecto. La mayoría de las erupciones de los últimos 20 Ka no están relacionadas con el estratovolcán Teide, que sólo ha tenido una hace 1.240 ± 60 años ---entre 663 y 943 AD una vez calibrada la edad-, sino con el volcán Pico Viejo (17.570 ± 150 a BP), los centros eruptivos adventicios fonolíticos de la base del Teide (Mña. Abejera centro alto, 5.170 ± 110 a BP; Mña. Abejera centro bajo, 4.790 ± 70 a BP; Mña. de La Angostura inicial, 2.420 ± 70 a BP; Mña. de La Angostura, 2.010 ± 60 a BP y Roques Blancos, 1.790 ± 60 a BP), y en el Rift NO (Mña. Chía, 3.620 ± 70 a BP). Aunque la actividad volcánica de los últimos 20 Ka incluye al menos 7 erupciones fonolíticas de gran volumen de centros eruptivos situados en la cara norte del Teide, supuestamente muy inestable, esto no parece haber generado respuesta alguna del sistema volcánico. Más bien ha contribuido a asegurar la estabilidad estructural del conjunto, al aumentar y reforzar la base del estratovolcán. Por el contrario, la ocurrencia de estas erupciones y las del Rift NO imponen un elevado riesgo por flujo de coladas en el norte y oeste de Tenerife, zona ahora densamente poblada y que ha sido casi totalmente recubierta con lavas en los últimos 20.000 años.