RESUMENLa vulvodinia es una patología compleja y de difícil tratamiento. Se define como un dolor crónico de la vulva, que puede ser generalizado o localizado. La primera vez que se escribe sobre esta fue en 1889, por Skene. Sin embargo, es sólo hasta 1976, que los miembros de la International Society for Study of Vulvovaginal Diseases, reconocieron el dolor vulvar como una entidad patológica. Se estima una prevalencia de un 15%, con unas 14 millones de mujeres que lo padecen en EEUU. Generalmente consultan múltiples veces y a diferentes médicos, antes de llegar a un diagnóstico. No existen pruebas específicas, por lo que la clínica y el examen físico son las principales herramientas. Se deben excluir todas aquellas patologías que explican este dolor crónico vulvar. Su etiología es multifactorial, involucrando cambios a nivel de nociceptores, alteraciones de la inervación y la presencia de factores inflamatorios. Sin embargo, no podemos dejar de lado los aspectos psicosexuales, que pueden modular o desencadenar el dolor vulvar, al encontrar un sustrato alterado a nivel de estos tejidos. Basándose en estos aspectos, hoy existen diferentes tratamientos, que son efectivos si los utilizamos asociados y en forma gradual, ya que se potencian entre ellos.
PALABRAS CLAVE: Dolor vulvar, vulvodinia, disestesia vulvar, dolor vulvar crónico, vestibulitis vulvar
SUMMARYVulvodynia is a complex pathology and difficult to treat. In 1889 Skene was the first who write about this. However, only until 1976 the members of the International Society for Study of Vulvovaginal Diseases, recognized the vulvar pain as a disease entity. Prevalence estimated at 15% with an estimated 14 million women who suffer in the USA. A high number of gynaecologists do not know this diagnosis. For this reason women consult multiple times and to different doctors to reach a diagnosis. There are no specific tests for diagnosis. Finding in the clinical and physical examination are the main tools for this diagnosis. The different pathologies that could explain the presence of a chronic vulvar pain must be excluded. Undoubtedly its aetiology is multifactorial, involving changes in the number of nociceptors and alterations in the innervations, and the presence of inflammatory factors that may be the starting point of this pathology, as it seeks to explain the neuropathic theory. However we can not ignore the psychosomatic theory in explaining the psychosexual disorders as a trigger vulvar pain, in these altered tissues. Based on these aspects there are now treatments that are more or less effective when are gradually associated for better results.