“…En vista que, sus tres principales afluentes, de las 54 cuencas a nivel nacional, son las provenientes de las cuencas de los ríos Chillón, Rímac y Lurín; las cuales, en las últimas décadas, han visto disminuida la calidad de sus aguas y el volumen de las mismas, perjudicando la provisión de un servicio adecuado a la población. El acceso a agua potable y alcantarillado resulta ser imprescindible para el ser humano, pues una mala calidad del agua y un desagüe inadecuado afecta negativamente a la salud; incrementando enfermedades como el coleta, la hepatitis y fiebre tifoidea que son los más comunes en los lugares que no cuentan con servicios de saneamiento, por otro lado también se ven afectados los cultivos; es de suma importancia la elaboración de proyectos agronómicos e hidráulicos de sistemas hidropónicos para la preservación de los alimentos orgánicos (Bione et al, 2023).…”