Para una extensa tradición filosófica, la normatividad es un rasgo exclusivo de la especie humana. Recientemente, sin embargo, algunos filósofos y científicos comenzaron a explorar la posibilidad de atribuir algún tipo de normatividad a otras especies. Frans de Waal se destaca, en este contexto, por haber proporcionado un amplio repertorio de evidencia empírica sobre comportamientos de primates no humanos que parecen ajustarse a distintos tipos de normas. Los escépticos sobre la normatividad animal suelen, sin embargo, cuestionar este tipo de evidencia, brindando explicaciones alternativas, no normativas, de ella. Un modo en que los escépticos podrían justificar esta estrategia es apelando al llamado Canon de Morgan y aduciendo que las explicaciones no normativas introducen procesos psicológicos más simples que las normativas. Ahora bien, cuán atractiva resulte esta línea argumentativa dependerá de cómo se entienda la sensibilidad normativa. Si en lugar de centrarnos en las caracterizaciones más demandantes de tal sensibilidad adoptamos la hipótesis de que algunos primates no humanos cuentan con una suerte de “normatividad primitiva” (Ginsborg, 2011; 2018), podremos elaborar explicaciones de (al menos parte de) la evidencia empírica proporcionada por de Waal, que rivalizan con las que ofrecen los escépticos en la simplicidad de los procesos cognitivos que invocan.