“…Por otro, posee áreas fuertemente intervenidas, donde conviven múltiples usos del suelo (principalmente agrícolo-ganadero e industrial) y cuenta con el mayor sistema portuario de aguas profundas del país. Numerosas investigaciones han abordado las distintas problemáticas socio-ambientales derivadas de esta situación, tales como la presencia de metales pesados (Spetter, Buzzi, Fernández, Cuadrado & Marcovecchio, 2015;Marcovecchio, Botté & Fernández Severini, 2016;Serra, Botté, Cuadrado, La Colla & Negrin, 2017;Fernández Severini, Carbone, Villagrán & Marcovechio, 2018;Villagran et al, 2019) y de enteropatógenos (Baldini, Cubitto & Chiarello, 2010;Streitenberger & Baldini, 2016), la introducción de especies exóticas invasoras (Dos Santos & Fiori, 2010;Fiori, Pratolongo, Zalba, Carbone & Bravo, 2016;Natale, Reinoso, Andreo & Zalba, 2018;Marbán & Zalba, 2019), los efectos de la actividad humana y contaminación ambiental en la fauna y flora nativa (Hempel, Botté, Negrin, Chiarello & Marcovecchio, 2008;La Sala, Petracci, Smits, Botté & Furness, 2011;Simonetti, Fiori, Botté & Marcovecchio, 2013;Spetter et al, 2015b;Berasategui et al, 2018), los conflictos por el acceso y utilización de los recursos costero-marinos (Heredia Chaz, 2014;Irisarri, Noceti & Carbone, 2016;Noceti, Irisarri, Barbero & Cattaneo, 2016;Ibañez Martín, Rojas & London, 2016;Noceti, 2017), la gestión de las áreas naturales protegidas (Speake & Carbone, 2017;Speake & Carbone, 2019), entre otros. Sin embargo, ninguno realiza un análisis interdisciplinario exhaustivo que permita conectar las dimensiones ecológica y socio-económica.…”